miércoles, 5 de febrero de 2020

"El indolente" (de "Como quien espera el alba")



Con hombres como tú el comercio sería
Cosa leve y tan pura que, sin sudor ni sangre
De ninguno comprada, dejaría a la tierra
Intactos sus veneros. Pero a tu pobreza
El comercio podría allanarle un camino.                          5

Durante las tardes meridionales del verano,                     
A través de una clara ciudad, solas las calles,
Llevaría en cestillo guirnaldas de jazmines,
Y magnolias, por un nido fragante de hojas verdes
oculto su blancor, como alas de paloma.                         10

Tras de las rejas bajas, si una mujer quisiera
Para su gracia oculta tal vez la fresca gala
De una flor, y prenderla en su pelo o en su pecho.
Donde ha de parecer nieve sobre la tierra,
Una moneda a cambio dejaría en tus manos.                 15

Así, al ponerse la tarde, tú podrías
De un vino trasparente beber el calor rubio,
Mordiendo la delicia de un pan y de una fruta,
Y luego silencioso, tendido junto al río,
Ver latir en la honda noche las estrellas.                         20

"Indolencia" era una de las palabras claves de Perfil del aire / Primeras Poesías, y aquí Cernuda la utiliza como título del poema, recuperando así la importancia que tenía en aquel libro. Sin embargo, lo hace con un sentido diferente: lo que en sus poemas iniciales significaba insensible, falto de emoción y de energía como símbolo del inmovilismo del yo poético (el joven Cernuda encerrado en la habitación en penumbra sin atreverse a salir), aquí se utiliza como sinónimo de "perezoso" para definir una de las esencias del ser andaluz, que había sido motivo de una serie de artículos de Ortega y Gasset en la década de los 30; Cernuda se identificaba con dicha definición y había escrito en semejantes términos al hablar de Bécquer y de Andalucía. Cernuda no acepta esa pereza como algo negativo sino como consecuencia de la vida en contacto con la naturaleza, mucho más cercana a lo natural. Años más tarde, encontrará esa misma actitud en México, lo que le hará encontrar vínculos entre el país americano y su tierra. 

Hay que entender el poema teniendo en cuenta dichos antecedentes, y que Cernuda lo escribe en su etapa inglesa, atrapado en un clima frío, con semanas sin luz, que le hacen recordar la temperatura de su tierra y la claridad de su días. No es de extrañar por tanto que Cernuda recree su ciudad natal (que podemos reconocer por una serie de elementos) como hace en otros textos de esa época, precisamente cuando empieza a escribir los poemas en prosa que conformarán Ocnos, libro centrado en el recuerdo de su infancia y los espacios de su juventud.   

El poema se compone de cuatro estrofas de cinco versos cada una, en su mayoría alejandrinos libres (sin rima). En la primera estrofa, el poeta se dirige a sí mismo (la 2ª persona característica de esta etapa de su poesía) para imaginar como podría ser su vida si se dedicara al comercio de las flores en Sevilla; conociendo su falta de impulso y energía, Cernuda reconoce que su trabajo no le costaría ni sudor ni sangre (porque no se esforzaría), y tampoco acabaría con los recursos naturales ("dejaría a la tierra / intactos sus veneros", vv. 3-4). Pese a todo, el trabajo podría sacarlo de la pobreza en la que vive (v. 5). 

Cernuda se deja llevar por la ensoñación de suponer cómo sería su día a día: por las tardes pasearía su cesta con jazmines y magnolias por las calles vacías de la ciudad, inundándolo todo con su aroma (estrofa dos); su negocio le permitiría el galanteo inocente con mujeres que, desde las rejas de sus ventanas, le comprarían flores para prenderlas en su pelo o en su pecho (estrofa tres); acabada la jornada de trabajo, él podría disfrutar de un vino y algo de comida, y contemplar el cielo lleno de estrellas desde la orilla del rio, tumbado en su rivera (estrofa cuatro). Son esos elementos impresionistas (el río, la luz, las calles vacías en verano) las que permiten recomponer la imagen de su ciudad, aunque por extensión podrían tomarse como una representación de Andalucía. 

El poeta se permite en este poema la libertad de fantasear con una vida posible, mucho más prosaica que la que lleva  (pero quizás mucho más feliz), apegado a las cosas sencillas de la vida y con tiempo suficiente para disfrutar de la naturaleza y el clima de su patria, que añora en el exilio inglés de lluvia, soledad y días oscuros en el que se halla atrapado. 

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