"No intentemos el amor nunca"
Aquella noche el mar no tuvo sueño.
Cansado de contar, siempre contar a tantas olas,
quiso vivir hacia lo lejos,
donde supiera alguien de su color amargo.
Con una voz insomne decía cosas vagas,
barcos entrelazados dulcemente
en un fondo de noche,
o cuerpos siempre pálidos, con su traje de olvido
viajando hacia nada.
Cantaba tempestades, estruendos desbocados
bajo cielos con sombra,
como la sombra misma,
como la sombra siempre
rencorosa de pájaros estrellas.
Su voz atravesando luces, lluvia, frío,
alcanzaba ciudades elevadas a nubes,
cielo Sereno, Colorado, Glaciar del infierno,
todas puras de nieve o de astros caídos
en sus manos de tierra.
Mas el mar se cansaba de esperar las ciudades.
Allí su amor tan sólo era un pretexto vago
con sonrisa de antaño,
ignorado de todos.
Y con sueño de nuevo se volvió lentamente
adonde nadie
sabe de nadie.
Adonde acaba el mundo.
Tal y como ha demostrado Derek Harris, este poema se inspira directamente en uno del poeta gallego Vicente Risco publicado en la revista Alfar en 1923. Cernuda toma de él su estructura a modo de cuento infantil que sigue las andanzas de un mar antropomorficado que sufre insomnio y parte para buscar "as insuas perdidas" (las islas perdidas). A pesar de su aparente simplicidad, refleja a la perfección el estado anímico del poeta y su insatisfacción vital ante la imposibilidad de cumplir sus deseos.
Ese mar que no puede dormir (trasunto del poeta), cansado de la monotonía de su vida ("Cansado de contar, siempre contar a tantas olas") decide buscar otros horizontes "Donde supiera alguien de su color amargo", es decir, donde pudiera mostrar su verdadero ser (puede hallarse aquí una velada referencia a las tendencias sexuales de Cernuda).
Se recoge a continuación su periplo (vv. 5-14) , que parece ser un viaje inútil ("Viajando hacia nada") a pesar de estar plagado de dificultades ("tempestades, estruendos desbocados") y de la actitud hostil de cuanto le rodea ("como la sombra siempre / rencorosa de pájaros estrellas"). Después de tanto vivido ("luces, lluvia, frío"), el mar llega a lugares exóticos (unos reales, "Colorado" o "Glaciar del Infierno"otros imaginarios, como "Cielo Sereno") elegidos por la capacidad de sugerencia de sus nombres.
Pero el mar se cansa de estos lugares, donde "su amor tan sólo era un pretexto vago / con sonrisa de antaño, / ignorado de todos". No encuentra allí la realización de su amor, que causa sonrisa en los demás por tratarse de un amor diferente que los demás no conocen: su significado es claro.
En los últimos versos (vv. 24-27) el mar vuelve derrotado a su casa "adonde nadie / sabe nada de nadie", donde nadie puede comprenderlo. El verso final es una desoladora aceptación de la realidad: "Adonde acaba el mundo", pues volver al hogar supone el fin absoluto de sus esperanzas.
Hay un pesimismo total en el poema, cuya sencillez de fábula no hace sino subrayar aún más la dureza de su final. El título, a modo de moraleja, previene acerca de los peligros de buscar el amor, que no hallará respuesta.
El poema lo escribe Cernuda en Madrid en julio de 1929, y en él ya ha abandonado por completo la métrica regular. Se trata de versos libres de ritmo endecasilábico (combinaciones de versos impares: 11, 15, 9, 7 , 14...) y se consigue el ritmo por medio de la repetición, el paralelismo y la anáfora.
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